VESTIMENTAS
TÍPICAS DEL CAÑAR
La indumentaria del
Indígena Cañar
La Indumentaria
antigua : Antes de la conquista del imperio Inca y de los
españoles, los cañaris se caracterizaron por tener vestimenta única y
original, Este traje antiguo no compartía lazos con ninguna otra cultura.
En su indumentaria antigua en la cabeza llevaban puesto un aro de calabaza
atado a su frente, que recogía todo el cabello y se enrrollaba en la parte
superior del cráneo. Los textiles elaborados eran hechos de lana de llama y de
fibras vegetales como la cabuya.
El historiador Gaspar Gallegos dice : “ hacían camisetas y mantas largas
que les llegaba hasta las rodillas “ pero en otra parte afirman que antes que
llegaran los incas, los nativos sólo usaban camisetas, o sea lo que hoy
conocemos con el nombre de cuzhmas que les cubría el cuerpo hasta llegar a las
rodillas dejando los brazos y la parte baja de las piernas descubiertas.
Indumentaria actual: En nuestros días la indumentaria es más elaborada , más trabajada en cuanto
a sus colores, sus textiles y formas. Los tejidos son fabricados con lana de
oveja, es de buena calidad textil y sutil, con ella se confeccionan ponchos,
cuzhmas, fajas que diseñan con sus tejidos variadas formas llenas de colorido.
En la actualidad nuestros indígenas utilizan un sombrero hecho de lana de
borrego de color blanco de forma semiesférica faldeada por una pequeña
visera que está adornada con una elegante trenza.
La mujer viste polleras (faldas) de variados colores y principalmente
negras, lleva consigo blusa blanca bordada, y reata de preferencia de color
negro , con un tupo (pasador) que le da soporte a la pieza , adornada de
collares de perlas rojas, celestes , aretes de plata con motivos propios de la
cosmovisión cañarí y su pelo a manera de trenza.
En
resumen entre las vestimentas antiguas y las actuales en sus formas se
diferencian mucho, ha existido gran avance en la calidad textil, colores,
bordados en sus camisas, fajas y ponchos ; sus alpargatas o comúnmente llamadas
oshotas (zapatos)
Trasquilar, lavar, hilar y teñir, son tareas básicas para
obtener la materia prima.
En
los cantones Cañar, El Tambo y Suscal, de la provincia del Cañar, es muy común
observar, en los sectores urbanos, pequeñas tiendas donde sobresalen los
colores vivos de las indumentaria del hombre y la mujer cañari.
Flor
Quito, de 27 años, trabaja en “Artesanías Sisa”, ubicada a pocos pasos de la
estación del ferrocarril, en el cantón El Tambo, local donde los colores y los
bordados se imponen. Ahí, decenas de polleras penden de las paredes del pequeño
cuarto utilizado como tienda, desde hace dos años.
También
se exhiben blusas bordadas, polleras “modernas” (prensadas y más largas),
collares, pulseras, aretes, fajas, bolsos, camisas y ponchos para hombre y
otras prendas que son parte de la vestimenta del hombre y la mujer cañarí.
Flor
Quito relata que gran parte de las prendas de vestir fueron confeccionadas con
tela traída desde Otavalo y otras, a base de lana de borrego, la cual se
obtiene luego de trasquilar, lavar, hilar y tinturar, con procedimientos
naturales.
El
bordado de las prendas antes se realizaba a mano ahora se hace de forma
computarizada: “mandamos el diseño de la computadora a la máquina y solita va
bordando”, explica. Prendas como las fajas y los ponchos se confeccionan en los
telares.
Comenta
que vestir a mujer cañarí cuesta así: una pollera de paño, 90 dólares; la blusa
bordada, 45 dólares; una guashcarina (pañolón), 35 dólares, y el collar de
piedras, de 35 a 40 dólares, igual valor los aretes; y las sandalias, entre 20
y 28 dólares.
La
joven comenta que “preservar las tradiciones en la vestimenta es difícil,
porque las mujeres de hoy prefieren vestir de pantalón, hacerse la permanente o
pintarse el pelo”; pero a pesar de ello, dice, no va a dejar morir una
costumbre ancestral de vestir con ropa artesanal y forjada a base de lo que
provee la naturaleza, como la lana de borrego y las plantas para darle color,
como la mora y el limón.
DETALLE
Labores
como esquilar, lavar, hilar, teñir, y tejer están generalmente a cargo de las
mujeres, quienes están decididas a fortalecer su identidad, no sólo con la
ropa, que de por sí las define, sino con su trabajo y su deseo de superarse, si
es posible saliendo de su entorno, para expandirse por el mundo sin dejar de
ser “ellas”, dice Flor Quito.
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